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  • 31 de octubre de 2018

    En 2030 existirán más de 41 megaciudades con 10 millones de habitantes
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    Año tras año, las ciudades de todo el mundo experimentan un crecimiento exponencial sin igual, 1 millón y medio de personas se traslada semanalmente de entornos rurales a urbanos. Según el Informe de Perspectivas de Urbanización en el mundo elaborado por la ONU, se prevé que este continuo crecimiento concentre al 66% de la población mundial en entornos urbanos antes del año 2050, lo que representa un total de 2,5 billones de personas. Una población que crece progresivamente plantea nuevos retos de futuro que se deberán afrontar a corto plazo, para permitir que se sigan desarrollando.

    “Con una población urbana que no deja de crecer, necesitamos encontrar formas de acomodar a todos los habitantes de nuestras ciudades de una manera que no condicione su salud y bienestar”, afirma Pedro-Luis Fernández-Cano, Business Unit Director de ROCKWOOL Peninsular. “Actualmente, las personas que viven en ciudades pasan el 90% de su tiempo en espacios interiores. Por eso, nuestro bienestar va unido a la comodidad del entorno en el que trabajamos, vivimos, aprendemos, jugamos…”, añade.

    Según los expertos, en 2030 existirán más de 41 megaciudades con 10 millones de habitantes que necesitarán el doble de alimentos para abastecerse. Por otra parte, los edificios que albergarán a estos más de 10 millones de personas, juegan un papel fundamental en el desarrollo de las ciudades. El 33% de las construcciones actuales acumulan más de un tercio de la energía utilizada a nivel global. El 66% del consumo energético de los edificios se emplea en la calefacción, la refrigeración y la ventilación. Una cifra que se podría reducir con la instalación de un aislamiento eficaz y sostenible, como es la lana de roca, que permite reducir la factura energética entre un 50% y un 90% y protege al edificio ante factores externos, como el moho y la humedad, aumentando su seguridad y confort. Además, también reduce los niveles de ruido y mantiene una temperatura óptima en el interior, mejorando en conjunto la calidad de vida de los ciudadanos.

    Soluciones innovadoras que protegen a las comunidades

    El cambio climático ha aumentado el riesgo de lluvia excesiva e inundaciones urbanas. Se calcula que la intensidad de las lluvias torrenciales invernales aumentará hasta un 35 % en la mayor parte de Europa durante el siglo XXI. Por eso, las ciudades necesitan proteger sus hogares y otros activos de los efectos de estos eventos climatológicos extremos.

    La lana de roca puede diseñarse para absorber o repeler el agua, según sea necesario. Al drenar el agua en exceso de las cubiertas y otras superficies duras rápidamente hacia depósitos de lana de roca bajo tierra, podemos contribuir a minimizar el impacto de las lluvias torrenciales en entornos urbanos. ROCKWOOL ha desarrollado el sistema Rockflow que amortigua grandes cantidades de precipitaciones en zonas urbanizadas de forma rápida y eficaz, llegando a absorber un 95% de su volumen en agua, lo que se traduce en que un metro cúbico del sistema Rockflow puede absorber 950 litros de agua en menos de 10 minutos.

    Ciudades sostenibles, más seguras y resilientes

    En áreas urbanas densamente pobladas, cada vez más gente vive y trabaja en grandes rascacielos, ya que suponen una solución ante el reto de crecimiento de la población, pero, en caso de incendio, las consecuencias pueden ser graves.

    ROCKWOOL, líder mundial en fabricación de lana de roca, aprovecha las fortalezas de la roca, el recurso natural más abundante del planeta, para superar los difíciles retos globales a los que se enfrenta la sociedad actual: urbanización, salud y bienestar, escasez de recursos y cambio climático. En este sentido, la mejora del aislamiento de los edificios ineficientes y la construcción de nuevas edificaciones responsables supondría disponer de un conjunto de edificios sostenibles y productores de energía limpia y renovable.

    A escala global, el potencial ahorro energético de los edificios es de entre un 50 y un 90%, tanto en obra nueva como en rehabilitación. En este sentido, las soluciones ROCKWOOL contribuyen a acelerar el progreso hacia un futuro más saludable y con menos emisiones de carbono. En definitiva, la lana de roca nos ayuda a construir ciudades sostenibles, eficientes y seguras, con edificaciones resilientes al fuego.



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