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  • 13 de diciembre de 2019

    Una mala insonorización puede reducir las ventas de un centro comercial hasta un 30%
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    Llega la cuenta atrás para Navidad y las ciudades empiezan a vestirse para la ocasión. Luces de colores, decoración navideña y tiendas abarrotadas de gente dispuestas a crear una fantástica experiencia de compra para estas fechas. En diciembre de 2018, el número de visitantes en los centros comerciales aumentó casi un 20% respecto al mes de noviembre de ese mismo año.  

    Cuando van de compras, los clientes quieren disfrutar del tiempo de ocio. Por ello, aspectos como la iluminación, la calidad del aire interior o el diseño del espacio influyen en su percepción. “El confort térmico y acústico también es clave para que se sientan cómodos y puedan disfrutar del centro comercial con tranquilidad. El sonido y la temperatura afectan a la experiencia de compra y, por tanto, a las ventas” asegura Miguel Rodríguez, Prescriptor Manager de ROCKWOOL Peninsular, líder fabricante de aislamiento a base de lana de roca. De hecho, según Julian Treasure, experto en sonido y comunicación, una mala insonorización puede provocar que un centro comercial disminuya sus ventas hasta en un 30%.


    La clave de aislar tiendas, restaurantes y espacios de ocio

    El sonido de los ventiladores, las calderas y otros aparatos provocan que haya una reverberación de los ruidos en los locales, perjudicando las ventas. Este efecto se acentúa en los bares y restaurantes; de hecho, está demostrado que 3 de cada 4 personas comerían fuera más a menudo si los espacios de restauración fueran más silenciosos.

    Una buena solución es el uso de materiales aislantes como la lana de roca que, por su naturaleza, permite controlar los niveles de presión acústica en el espacio. “La lana de roca tiene la capacidad de absorber los sonidos fácilmente y mantiene fuera del edificio el ruido del tráfico de las carreteras cercanas. En las salas de cine, por ejemplo, evita que los sonidos de las películas se mezclen con el ruido exterior”, explica Miguel Rodríguez. Además, se trata de un material que “frena la propagación del fuego y, gracias a su aislamiento térmico, reduce drásticamente el consumo de energía”, añade.


    El centro comercial Lagoh, un referente en eficiencia energética

    El pasado mes de septiembre, se inauguró el complejo de ocio familiar Lagoh en Sevilla. Con una superficie de 100.000 m2, se trata de un espacio diseñado para asegurar el confort de los visitantes. En su construcción se han utilizado materiales naturales, reciclados y reciclables, como la lana de roca, que permiten absorber los sonidos para ofrecer una buena calidad acústica. 

    Además, Lagoh dispone de la certificación BREEAM, que garantiza que se trata de una edificación energéticamente eficiente y de accesibilidad universal, es decir, sin barreras arquitectónicas. “Nos propusimos construir un centro comercial que cumpliera con los más altos estándares de sostenibilidad, circularidad y eficiencia energética” asegura José Antonio García Agüera, Head of Retail Development de Lagoh. “Los productos de lana de roca ROCKWOOL nos ayudan a lograr todo eso al tiempo que optimizan la seguridad contra los incendios y la comodidad del edificio que debemos exigirnos para los 14 millones de personas que están previstas que visiten Lagoh cada año”, añade.

    Los centros comerciales son lugares donde es fundamental lograr un entorno confortable.  Especialmente, durante la época navideña, cuando se incrementa la afluencia de visitantes y, por lo tanto, el ruido. La tendencia creciente en este tipo de establecimientos es crear espacios experienciales, tecnológicos y sostenibles, donde el edificio se integre en la arquitectura estética del entorno.



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