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  • 25 de enero de 2023

    ANECPLA alerta de que determinadas plagas suponen un importante problema en el Patrimonio
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    Las termitas son una de las principales amenazas al Patrimonio Histórico – Artístico de nuestro país. Con unas dimensiones diminutas que apenas superan el centímetro de largo, la capacidad de destrucción de estos insectos es enorme, pudiendo llegar a dañar edificios históricos enteros. Pero no solo afectan a las estructuras de madera de las construcciones. Sus efectos pueden ser devastadores también para el patrimonio que guardan: desde prestigiosos incunables hasta cuadros de incalculable valor, sin olvidar valiosos retablos o reconocidas tallas de madera de hace varios siglos.

    Por este motivo, desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) reclaman que se realicen controles periódicos llevados a cabo por empresas especializadas para evitar la expansión de esta plaga. “Una de las medidas más efectivas en este sentido”, afirma el presidente de ANECPLA, Sergio Monge, “sería sin duda que la Inspección Técnica de Edificios (ITE) estableciera los medios necesarios para determinar la presencia de este tipo de organismos en aquellos edificios que superen los 30 años de antigüedad”.

    Y es que, tal y como explica Monge, “el principal problema de esta plaga es que se trata de una plaga silenciosa que, cuando es detectada, es habitual que sea demasiado tarde y el daño causado, irreparable. Las termitas suponen una enorme amenaza tanto para el Patrimonio Nacional como para el parque inmobiliario español. Para entender esto, solo necesitamos un dato: y es que más del 90% de los edificios construidos en España antes de 1.920 tiene estructuras de madera”.

    Las termitas son insectos sociales que, al contrario de lo que se suele pensar, en el caso de las termitas subterráneas, no viven en la madera sino en colonias en el suelo compuestas por hasta tres millones de individuos. Y su capacidad de reproducción es  comparable a su voracidad. Por si fuera poco, además de atacar tanto a la madera vieja como a la nueva, no las paran los materiales como el  yeso o pladur, ya que pueden aprovechar fisuras para pasar a través de ellos.


Maderamen 350