Un terremoto grande causa destrucción y muerte allí donde ocurre, especialmente en ciudades donde la edificación es poco resistente. Lo hemos visto en los últimos años con el terremoto de Haití en 2010 o este mismo año con los de Turquía y Marruecos. En España, el último terremoto que causó víctimas fue el de Lorca, en 2011. Para luchar contra este riesgo sísmico, las autoridades locales elaboran planes de emergencia en los que se evalúa qué sismos pueden afectar a una ciudad (peligrosidad) y cómo de resistentes son los edificios (exposición y vulnerabilidad). Con ello, se estiman los daños que esos sismos causarían en la edificación y las pérdidas humanas y económicas asociadas (riesgo). Y finalmente, con el objetivo de evitar ese escenario de daños y pérdidas, se diseñan medidas de prevención y mitigación, aumentando la resiliencia de las estructuras y de la sociedad.
Vea el artículo completo AQUÍ Citado de madrimasd.org
Imagen: Fundación Mensajeros de la paz