Gonzalo Medina: Secretario CTN-56 “madera y Corcho”
A comienzos del ejercicio de 2023 UNE comunicó a AITIM que en este ejercicio debía procederse a la implantación del nuevo modelo de financiación que asegure la sostenibilidad económica de los trabajos de normalización.
Hay que recordar que este nuevo modelo económico ha sido una prioridad de UNE desde la separación de las actividades de UNE y AENOR a partir del 1 de enero del 2017, y que actualmente, está implantado aproximadamente en una tercera parte de los comités de normalización de UNE.
El nuevo modelo económico parte de la base de que los respectivos sectores industriales a los que representan los distintos comités de normalización son los principales beneficiarios de dicha actividad y por tanto deben ser en contraprestación los principales (aunque ni mucho menos los únicos) contribuyentes.
Para implantar este nuevo modelo se ha definido una “hoja de ruta” con distintos procesos previos de consulta y aprobación por los que invariablemente han pasado todos los comités en que ya se ha implantado.
El cambio de modelo económico persigue como principal objetivo la sostenibilidad de la actividad de normalización a largo plazo. La viabilidad de los comités de normalización se apoya en tres aspectos: la viabilidad institucional, la cual está garantizada por la infraestructura de UNE, la viabilidad técnica, la cual está garantizada por la profesionalidad y la preparación científica de cuantos participan en las actividades de normalización y finalmente la viabilidad económica cuyo objetivo último persigue el cambio de modelo.
El modelo y todos sus pormenores, junto con la hoja de ruta para su implantación fue presentado por primera vez en la reunión ordinaria del CTN-56 del pasado mes de junio. A partir de estimaciones futuras de participación realizadas por el Secretario del CTN-56 y de los subcomités activos (SC-4 “Protección de la madera”, SC-5 “Corcho” y SC-6 “Estructuras de madera”).
Partiendo de estas estimaciones de participación se han definido unos rangos de cuotas económicas que en adelante deberán satisfacer las entidades (publicas o privadas) y los vocales que a título particular deseen formar parte de un comité o subcomité (a efectos económicos no hay diferenciación) de normalización.
Estas cantidades comenzarán a facturarse por los servicios administrativos de UNE a las entidades y particulares que hayan declarado su interés por continuar participando en el trabajo de los comités a partir del 1 de enero de 2024, para lo cual se ha lanzado una consulta (que deberá concluir en el mes de octubre) a todos y cada uno de los vocales e instituciones pertenecientes actualmente a los subcomités y al plenario del CTN-56.
Una vez terminada esta consulta se sabrá ya de forma fehaciente los vocales que hayan manifestado claramente su interés y se sabrán por tanto las cuotas exactas de participación (y no solo los rangos de cuotas).
El objetivo de este proceso es cubrir los costes de normalización que se dividen en dos grandes áreas. Por una parte los costes de infraestructura de normalización de UNE (que se han estimado en 10.000 € para el ejercicio de 2024 por lo que respecta su aplicación el CTN-56), así como los costes de desempeño de la Secretaría del CTN-56 por parte de AITIM (infraestructura, traducciones, dedicación parcial de un técnico a la secretaría etc.) que se han estimado (muy modestamente) en 8.000 € para el mismo periodo.
Cabe destacar que existen distintos tipos de cuotas según el tipo de entidad, a saber: cuota estándar, cuota de asociaciones empresariales no miembros de UNE ni de AITIM, cuota de asociaciones o colegios profesionales no miembros de UNE ni socios de AITIM y Pymes). Además cabe la posibilidad de quedar exento de cuota (representantes de administración pública, representantes de consumidores y usuarios, o entidades que decida el CTN-56 por acuerdo). Así mismo existen las asunciones de cuota que eximen de abonar la misma a los miembros adheridos, adheridos institución y corporativos de UNE, así como a los socios de AITIM. El concepto de asunción de cuota es recíproco, es decir UNE reconoce la membresía de los socios de AITIM, así como AITIM reconoce los distintos tipos de status de UNE, de tal forma que las cuotas respectivas estarían asumidas por las respectivas entidades.
Una vez implantado el modelo económico se establecerá y aprobará anualmente un Reglamento de Financiación del CTN, en el que como aspectos más importantes se definirán los presupuestos de normalización de UNE y de AITIM (particularizados siempre al ámbito del CTN-56) así como las cuotas anuales revisables para los distintos grupos de representación.
Hay que llamar la atención sobre la posibilidad y las consecuencias que tendría una baja o muy baja participación de vocales y entidades a partir de la implantación de este nuevo modelo económico, que llegara a hacer inviable la financiación de las actividades de normalización del CTN-56. En este supuesto, se presenta un escenario de futuro incierto para el comité y de no llegar a cubrirse un tanto por ciento aceptable del presupuesto anual (en torno al 70 % como mínimo) no es descartable incluso la posibilidad de extinción o desaparición del CTN por parte de los Órganos de Gobierno de UNE. No hace falta extenderse sobre las consecuencias que esta situación podría acarrear para la industria, para los centros de investigación, para las universidades etc. Actualmente hay una serie de intangibles en torno a la actividad de normalización de los que estamos acostumbrados a disfrutar, tales como la traducción de normas europeas, la representación en los comités europeos e internacionales de normalización, la votación de documentos, la resolución de consultas, la realización de normas nacionales etc. que se verían seriamente perjudicados en caso de una hipotética desaparición de las estructuras de normalización de la industria de la madera.
Se abre pues ante los agentes implicados en la normalización un cambio de escenario, en el cual debe mantenerse a futuro una participación proactiva, implicando a la industria, poniendo en valor la actividad de normalización, desarrollando labores de promoción de la misma y acercándola a las empresas, universidades, centros de investigación, asociaciones empresariales y centros tecnológicos.