La revista oficial del Colegio de Aparejadores de Madrid publica en su nº 320 un interesante artículo que analiza el incendio producido en el edificio de viviendas del Barrio del Campanar de Valencia en febrero de 2024. Lo escribe Pedro José Álvarez Morales, arquitecto técnico e inspector de prevención de incendios del Cuerpo de Bomberos de Madrid.
“Lo que más ha sorprendido en este incendio ha sido la rapidísima propagación par fachada, tan rápida que el protocolo de actuación de bomberos no ha funcionado” escribe el autor.
Respecto a la fachada ventilada, sistema constructivo que se ha impuesto en los últimos años para mejorar el aislamiento, reducir el consumo energético, por su calidad estética, ligereza y rapidez de ejecución y por tanto su mejora de la “sostenibilidad”, ha quedado demostrado que “la forma de la cámara (efecto “chimenea”) facilita en sí misma la propagación del Incendio”.
“Cabe preguntarse cómo es posible que un revestimiento exterior poco combustible sea capaz de contribuir de una manera tan destacada en la propagación de un incendio convirtiéndolo en un gran siniestro. La respuesta la encontramos en la manera en que se realizan los ensayos de los materiales que no reproducen lo que realmente lo que sucede en un incendio. Por ello se han establecido en algunos países unos ensayos específicos a escala real o ensayos a gran escala” remata Álvarez.
“Los ensayos a gran escala nos facilitan un comportamiento de la fachada más realista que la clasificación de reacción al fuego de revestimientos de interior actual” resalta el autor.
Aunque presentan inconvenientes (sólo sirven para la fachada que se ensaya, no existe un ensayo único ISO y son caros) representan con más facilidad lo que ocurre en el incendio real.
“Las fachadas ventiladas son motivo de inquietud entre los cuerpos de bomberos, porque si no se adoptan medidas eficaces para limitar la propagación a las fachadas, los incendios resultan inabordables, como ha sucedido en el cercano caso de Valencia” dice el autor.
“Otra clase de fachadas de reciente utilización que también pueden facilitar la propagación del incendio son las de tipo SATE. En estas no hay cámara de aire y el elemento propagador más probable es el aislamiento, en función de su combustibilidad.”
Álvarez alerta. “Hay que tener especial cuidado en las reformas de los edificios existentes a las que se incorpora una nueva fachada ventilada o un SATE. Es posible que se trate de construcciones de 10 o 20 plantas y más de 40 o 50 años de antigüedad, en las que no se cumplan los parámetros actuales de seguridad contra incendios (carencia de segunda escalera o falta de compartimentación en la escalera, ascensores o patinillos, instalaciones anticuadas, etc.)”.