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  • 20 de marzo de 2012

    Los importadores de madera firman la paz con los grupos ecologistas. Entrevista con Carles Alberch, presidente de AEIM
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    Sin duda, uno de los principales logros de AEIM es haber firmado la paz con los grupos ecologistas…

    La gestión de aproximación y cooperación con los ecologistas apenas se ha notado o se ha visto entre la sociedad, los industriales y los profesionales de la madera. Sin embargo, es de justicia recordar que AEIM estuvo en la primera línea frente a las ofensivas conservacionistas, y hemos desembocado en una vía de colaboración en la cual todos coincidimos en que explotar y gestionar correctamente el bosque contribuye a preservarlo, agrandarlo y mejorarlo. De no haber existido esta Asociación, el sector seguiría anclado en un absurdo enfrentamiento con los grupos ecologistas.

    La relación con ellos no tiene que ser negativa, los dos queremos lo mismo: que haya muchos bosques y que sean sanos. Un bosque sano sólo se consigue con una buena gestión forestal. Cuando los conservacionistas han reconocido que cortar árboles no es malo y los madereros hemos mejorado la gestión forestal los caminos se han unido.

    ¿Es cierto que existe madera ilegal?

    Sí, por supuesto se realizan talas ilegales. Pero la Asociación siempre ha tenido pleno conocimiento de cómo se está comerciando con madera en Europa. Detectados y reconocidos los problemas, optamos por trabajar en la misma dirección y resolverlos juntos.

    Existe el estereotipo de que el maderero quiere acabar con la madera del mundo. Nada más lejos de la realidad. El negocio de la madera es antiguo, tradicional y familiar y queremos continuar en él. La gestión forestal no la inventaron los ecologistas. Por ejemplo en Finlandia a principios del siglo XX se dieron cuenta que se reducía la masa forestal, sus recursos, su forma de vida. Hicieron un plan de gestión y hoy en día su masa forestal está creciendo y tienen problemas de sobrepoblación. Lo mismo ocurre en toda Europa y Norte América. Los países tropicales están entrando más lentamente en este proceso pero ya están en una fase muy avanzada.

    No podemos negar que exista mala gestión o talas ilegales y es nuestro trabajo denunciar estos casos. AEIM elaboró un código de buenas prácticas, que fue uno de los primeros que se hizo en Europa, al cual sus asociados se adhirieron y se comprometían a velar por que la madera que entrase en España no tuviese un origen ilegal.

    AEIM participa en La Conferencia Internacional de Resinosas y en el congreso de UCBD. Son los principales foros donde se analiza el mercado de resinosas y de tropicales. Además estamos en contacto permanente con todas las asociaciones europeas para el desarrollo de nuevas normativas, como actualmente es el caso del Due Dilligence. También estamos colaborando en este sentido con el Ministerio de Medio Ambiente.

    La regulación europea denominada Due Diligence, aprobada en 2010, establece las obligaciones de los agentes que comercializan madera y productos de madera. Su objetivo es erradicar definitivamente la madera procedente de talas ilegales, y entrará en vigor a principios de 2013. ¿Cómo se va a articular este sistema en España?

    Sin duda se trata de una normativa compleja y difícil de poner en práctica, dada la indeterminación de lo que debe considerarse como Diligencia Debida. Hay cierta preocupación en nuestro sector.

    Para facilitar el cumplimiento del referido Reglamento, durante el año 2011, AEIM ha creado y desarrollado junto con el Ministerio de Medio Ambiente la Página Web www.maderalegal.info, que proporciona toda la información necesaria para ejercer la Diligencia Debida.

     

    ¿Tiene futuro el mercado de las maderas tropicales?

    La explotación de maderas tropicales puede ser sostenible y lo demuestra que hay madera tropical FSC. Una de las críticas a la certificación FSC es que es demasiado exigente. Si ya hay explotaciones forestales en Sudamérica y África con FSC es que es posible. La duda era si se podían establecer en África, y ya hay. Otro problema era que no había buenas maderas con certificado y sólo se disponía de maderas de segunda fila. Hoy ya puedes encontrar Ipe, Iroko, etc. Aunque su disponibilidad es a veces limitada. Existe la leyenda urbana de que no habrá madera tropical y los precios subirán mucho. Madera tropical hay mucha, y si se mejora su gestión habrá más. El mercado se regula sólo, y si empieza a haber escasez los bosques serán más rentables, con lo cual no se cambiará su uso forestal por usos agrícolas o inmobiliarios, que es lo que está pasando ahora.

     ¿Por qué no termina de activarse la demanda de madera certificada en España?

    Hay tres motivos:

    Primero: concienciación. La mayoría de gente no pide madera certificada porque la desconocen. En niveles profesionales ya se conoce pero muchas veces no le dan importancia. Sólo se pide certificación en obra pública por miedo a represalias y no por convencimiento. Hay que pensar que el sentimiento ecológico es muy nuevo en España y que arraigue a nivel popular es complicado. Las nuevas generaciones ya empiezan ha tener ese sentimiento.

    Segundo: Precio. Hay muchos ecologistas de boquilla y pocos de bolsillo. La falta de concienciación hace que no se valore la certificación, y por eso no se quiera pagar más. En muchos casos, piden madera certificada pero a última hora escogen la madera normal y dicen que en la próxima obra usarán madera certificada. Es una excusa para tener la conciencia tranquila. La crisis tampoco ayuda a pagar más. La diferencia de precio entre certificada o no se ha reducido mucho, pero sigue siendo un escollo.

    Tercero: Disponibilidad. Aunque ha mejorado mucho, sigue siendo difícil encontrar la cantidad, especificación y especie que se pide. Llevo 9 años vendiendo madera certificada y sólo en un caso la dirección facultativa ha aceptado cambiar la especie y las medidas del proyecto para adecuarse a la disponibilidad. Lo normal es que se cambie a madera sin certificar y no cambiar el proyecto.

    ¿Cuáles son las principales fortalezas de la Asociación?

    AEIM es una Asociación reconocida nacional e internacionalmente. Está presente en los principales foros de discusión internacionales. Esto nos da un bagaje importante para poder informar y asesorar a nuestros asociados. Desde luego mi intención es seguir en la misma línea de trabajo, mantener la representatividad de AEIM en el mundo de la madera y mantener informados a los asociados de cualquier tema que pueda ser de interés. Proteger sus intereses es importante, sobre todo en un mercado tan cambiante como el actual.

    Insisto en que el trabajo que ha hecho AEIM en el debate ecológico ha sido importante y es considerado un importante interlocutor con los ecologistas y las administraciones.

    ¿Y sus debilidades?

    El principal punto débil del distribuidor de madera es que depende totalmente del mercado nacional. Antes no nos había hecho falta ampliar nuestro marco de actuación pero ahora tenemos un mercado doméstico tan deteriorado que recurrir a la exportación no nos iría mal. Exportar productos importados es un poco difícil. Dependemos de la exportación de nuestros clientes.

     

    ¿Cómo sobrelleva un almacenista de madera la crisis económica?

    Mi recomendación es hacerse pequeño. Nos debemos adecuar a la nueva situación de mercado. No esperar a que el mercado se vaya a recuperar en breve. Y desde luego ser muy cauto con el tema de cobros. El 2012 será un año crítico en impagados y concursos de acreedores.

    ¿Qué se puede hacer para ganar la batalla ecológica frente a los materiales alternativos a la madera?

    La madera gana siempre; no porque tenga un lobby detrás, sino porque tiene la razón.

    Hoy todos reconocemos las ventajas del consumo de la  madera. Por si sola ha demostrado que es el mejor producto medioambiental, con diferencia. Es renovable, requiere un consumo energético muy bajo en su fabricación, es biodegradable y en su destrucción produce energía (biomasa), es el mejor material contra el efecto invernadero por su almacenamiento del CO2… Si comparamos lo que se pensaba de la madera en los años ochenta y ahora, no tiene nada que ver.

    Pero el sector de la madera está muy atomizado y no tiene un lobby detrás que pueda manipular la opinión pública.

    La nueva denominación de AEIM como Asociación Española del Comercio e Industria de la Madera, ¿pretende abrir el campo de acción de la organización?

    Es un signo de modernización. Muchos almacenistas hemos incorporado maquinaria para tratar y/o mecanizar la madera, con el fin de ofertar a nuestros clientes productos semielaborados, con mayor valor añadido.

    La nueva denominación responde a la voluntad de englobar a las empresas que importamos madera y que, además, la transformamos para ampliar o mejorar nuestra oferta.

    Actualmente, ¿qué acogida tienen en el mercado las maderas técnicas y transformadas?

    La madera está de moda y los nuevos productos técnicos permiten nuevos usos. La madera para el exterior ha abierto nuevos mercados que hace 15 años eran desconocidos. Las empresas de madera han de potenciar más estos nuevos materiales, y a veces relegar productos que se han vendido tradicionalmente.

    Desde la madera como materia prima son muchos los materiales derivados que se han obtenido, mediante una tecnología avanzada, en constante evolución: por ejemplo, la madera empalmada mediante el sistema finger-joint o las maderas transformadas (termotratadas, acetiladas, etc.).

    Hace relativamente pocos años nadie quería ni oír hablar de estos productos. ¿Quién se atrevería a instalar una tarima exterior o revestir una fachada con madera? Hoy son materiales que avanzan en el mercado, que mejoran ciertas prestaciones de la madera y están dando muy buenos resultados en determinadas aplicaciones.

    La nanotecnología también promete alcanzar nuevos tratamientos y acabados para la madera que, en definitiva, persiguen hacerla más duradera, resistente y estable.

    ¿Cómo será el almacén de madera tipo en España a medio o largo plazo?

    El almacén de madera tiene que evolucionar con los productos que está vendiendo. Hubo un tiempo en que bastaba con ofertar tablón al carpintero. En estos últimos años la madera estructural ha progresado mucho en España, y todos nos hemos visto obligados a entrar en ese campo. Actualmente estamos abocados a disponer de productos acabados, listos para su instalación.

    El almacén es el mismo, y el cliente también. Cambian los productos. Y el ritmo los marca el mercado. 



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