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  • 2 de marzo de 2016

    Bosques digitales para predecir los efectos forestales del cambio climático global
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    A la Madre Naturaleza le puede llevar 1.000 años dar forma a un bosque. Pero Nikolay Strigul, profesor de matemáticas y estadística de la Universidad Estatal de Washington en Vancouver, Estados Unidos (no confundir con la ciudad del mismo nombre en Canadá), puede hacerlo en un ordenador en tres semanas.
    Él y Jean Lienard, un investigador de postdoctorado de matemáticas, crearon la primera simulación informática que produce bosques realistas hasta en sus más mínimos detalles, como las ramas, hojas y raíces de árboles individuales. Están usando la simulación para determinar cómo afectan a los bosques de toda Norteamérica la sequía, el tiempo más cálido, los incendios más frecuentes y otros cambios relacionados con el clima.
    Ya han usado el modelo informático para predecir incrementos en los índices de incendios y de crecimiento vegetal en los bosques de madera noble (dura) de Quebec, debido a los niveles crecientes de CO2 y a las temperaturas más altas. El nuevo modelo digital, LES, se nutre de avances recientes en potencia de computación para dar forma a parcelas de 100×100 metros de árboles tolerantes a la sequía y la sombra, las cuales pueden ser ampliadas al tamaño real de un bosque. 
    El modelo es único en diversas vertientes. Primero, es el único simulador de crecimiento forestal que crea sistemas de raíces y estructuras de copas complejos para cada árbol. Los anteriores simuladores forestales podían producir o una cosa o la otra. Bajo tierra, las raíces de los diferentes árboles en el LES compiten por el agua en cada píxel del modelo. En la superficie, las hojas de cada copa de árbol compiten por la luz solar de una manera parecida. Con el tiempo, las copas de los árboles cambian su forma para exponer sus hojas a más luz solar. 
    Los investigadores utilizan una combinación de datos del Programa de Análisis e Inventario de Bosques del Departamento estadounidense de Agricultura y de otras bases de datos forestales, así como reconocimiento aéreo de UAVs (aeronaves no tripuladas), para adaptar su modelo a bosques concretos. El simulador permite a los científicos pronosticar cómo las condiciones climáticas cambiantes afectarán probablemente a los bosques a lo largo de miles de años.
    El artículo ha sido publicado en The Royal Society.


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