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  • 30 de junio de 2009

    Los carpinteros españoles ante la crisis
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    El pasado 16 de junio tuvo lugar la Junta Directiva de FEIM, federación que agrupa a las principales asociaciones de carpintería españolas. 

    A juicio de Tomás Rubio, Presidente de FEIM, “el próximo gran reto del sector es lograr ayudas fiscales para la rehabilitación y amueblamiento de viviendas (un IVA reducido del 7%). Esta solución daría actividad a fabricantes, almacenistas e instaladores –afirma-, y además afloraría la economía sumergida, ya que toda acción requeriría una factura. Si se encamina bien, esta vía sería clave para los próximos meses. Estamos terminando de hacer las 350.000 viviendas licitadas en 2008. Sin reforma, no hay futuro para las empresas. Encomendarse ahora al milagro de la activación de la exportación es absurdo.”

    En la reunión de la Junta Directiva de FEIM, cada uno de los presentes realizó un breve análisis de la situación del subsector al que representan:

    El sector PARQUET no tiene apenas armas para contrarrestar las importaciones chinas. Llenos los puertos de pavimento chino, incluso con Marcado CE, sólo queda acudir a medidas anti-dumping en Bruselas. Los importadores venden bajo coste, se puede demostrar, pero es carísimo. Sólo es posible refugiarse en la reforma, en el producto de alto valor añadido.

     

    La PUERTA también se ve afectada por la globalización, vía Portugal principalmente, y no tanto de China. Los italianos son temibles competidores por diseño y valor añadido. Y el caso portugués es clave: están en la UE, pero sus bajos costes salariales y, a menudo, el dudoso cumplimiento que hacen de la normativa vigente hacen que resulte casi imposible competir con ellos.

    El producto español evoluciona al compás del diseño y los nuevos materiales, factores a tener en muy en cuenta para el futuro de todo el sector. Los materiales sintéticos avanzan (por coste, practicidad, versatilidad), empujados por el minimalismo que proviene de Italia. La madera es noble y bonita, pero pronto quedará para un nicho de élite.

    Este sector está ahora a un 50% de la producción de años precedentes; la capacidad instalada debe recortarse en torno a un 70%. Sólo en La Mancha han ido al paro 3.400 trabajadores de las fábricas (un 40% del total). Los créditos pedidos son para indemnizar los despidos de los trabajadores; no para modernizar las plantas.

    La concentración de la oferta es otra vía de futuro; el consorcio ‘Toledoor’ en Castilla-La Mancha para la exportación a Europa del Este es un ejemplo.

    El PANEL SANDWICH se apoya actualmente en el segmento industrial, porque la vivienda depende de que se estimule la rehabilitación. El sector hace mucha prescripción, porque este panel es un producto relativamente nuevo.

    Las CASAS DE MADERA han notado como nadie la contracción de la demanda. Los bancos no financian o dificultan mucho las condiciones (a pesar de tener a un 1% el Euríbor, los préstamos se conceden con un interés del 10% : 9 puntos de diferencia es excesivo, y además hay que agradecer que presten el dinero).

    También abunda el intrusismo, y la reglamentación vigente no sirve para contrarrestarlo.

    Todo está a favor de esta tipología de vivienda, pero se le aplican las normas de la construcción convencional. Impulsar el sector pasa por eliminar trabas, por ejemplo, las diferencias existentes por cada una de las 17 autonomías.

    Una dificultad añadida: el entorno también lo pasa mal. El sector se agarra a la capacidad de consumo de un tercio de la población (funcionarios, etc.) que aguarda reaccionar psicológicamente (se prevé que antes que finalice la crisis), para reactivar en alguna medida el mercado.

    Para el TABLERO ya no es fácil exportar. Se registra una bajada del 30% de la actividad respecto al año pasado. Países como Alemania y Francia están mal. Quien está en situación de máximo endeudamiento, lo pasa peor. Los fabricantes ibéricos mantienen una fuerte competencia con los europeos. No hay alarmismo, porque hay negocio, de momento los números fluctúan, pero continúan operando todos los actores.

    Para la CARPINTERÍA, la inactividad es prácticamente absoluta en la obra nueva. Se ha echado por tierra todo el avance cosechado durante años en materia de uniformidad de contratos. La gente no está trabajando y no se sabe con quién trabajar, por miedo a la morosidad. Tampoco hay proyectos nuevos en el horizonte. 

     



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